Posar o no posar

El eterno dilema

En la cuestión del posado para la fotografía nupcial las posturas son muy variadas. En mi experiencia, he encontrado a más de una pareja realmente reacia a cualquier tipo de posado. La fotografía natural es un valor en alza. Y la espontaneidad de una imagen fugaz siempre aporta frescura. Pero no lo es menos que una adecuada preparación, nos puede garantizar muy buenos resultados en un posado debidamente planificado. Resultados que son difícilmente alcanzables a partir de instantáneas capturadas al albur del momento.

Hay que tener en cuenta que las posibilidades de explotar aspectos tales como la luz o el encuadre son siempre mayores con un buen posado. Hoy en día cualquier fotógrafo dispone de las herramientas necesarias para sacar partido a una pareja de novios posando. Especialmente si se toma la molestia de prepararlo adecuadamente. Basta con ser un buen profesional de la fotografía nupcial y tomarse en serio su trabajo.


En el eterno dilema entre las ventajas de posar o no posar para un reportaje fotográfico de boda no se puede ser maximalista. Depende, como tantas cosas, del gusto de cada uno. Lo esencial es que los novios se encuentren cómodos. De esa forma, el resultado será siempre bueno. Hay personas que odian posar para las fotos de boda, o para las fotos en general. Y no pasa nada. Basta con propiciar una situación relajada en la que los novios estén juntos y lo demás vendrá por sí sólo. El fotógrafo sabrá hacer su trabajo.


Si queréis saber mi opinión como fotógrafa de bodas: yo siempre aconsejo huir cada vez más de la rigidez y el formalismo. Las poses no tienen por qué ser tan hieráticas o cursis como las de otros tiempos. Hoy en día en los reportajes nupciales se tiende a actuar de una manera divertida o informal. Si queremos aprovechar nuestro lado bueno, lucir algún elemento especial del atuendo nupcial, o simplemente salir bien parecidos, lo mejor es disfrutar. Lo importante es que naturalmente suenen esas palabras: sí, quiero