La inspiración no es una musa que puedas llamar a tu voluntad, sino que es un numen caprichoso que puede llegar en cualquier momento y cuando menos lo esperes. Eso mismo lo saben todos los escritores, sin embargo, aceptarlo resulta todo un tormento y más para nuestro personaje, quien luce sumido en la desesperacion, tanto que pronto llega a una frustracion que lo poseerá como si fuese un ente demoníaco. Pero lo que el escritor no ve en medio de la ceguera de la desesperación, es que no hay oscuridad sin luz, y por eso pronto vivirá una de las mayores aventuras de tinta.

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