Eres complicada.
A veces tienes tantas paranoias que es casi imposible no odiarte.
No te gustas porque no eres perfecta. Y sí, no eres perfecta, pero ¿quién lo es?
Te quejas constantemente de tus defectos, eres temperamental, insegura, un total contrasentido.
Pero también eres sensible y dulce.
Te escondes detrás de capas de sarcasmo, finges ser lo que no eres.
Dices odiar el romanticismo y luego te pierdes dentro de un abrazo.
Te encariñas fácilmente y das el corazón a aquellos a los que amas. Amas tanto, amas fuerte y nunca a la mitad.
Y te quedas, incluso cuando no hay nada más por lo que luchar, te quedas hasta el final,
aún a costa de perderte a ti misma.
Así de bella es la mujer.
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